La fiesta del Santo Ángel de la Guarda nos obliga a mirar hacia adentro, hacia nuestro interior, porque lo que celebramos en la inmensa fortuna de tener un Enviado de Dios que nos protege, nos cuida y nos guía en cada momento de nuestra vida. ¡Así somos en Villaseca eligiendo patrones, nos quedamos con los mejores! También somos un poco especiales en cuanto a la fecha, ya que seguimos conservando la antigua y celebramos esta fiesta el 1 de marzo en vez del día 2 de octubre que es la fecha oficial actual, pero como esta fiesta se viene celebrando desde antiguo, nosotros la conservamos tal como siempre la hemos celebrado, tanto en su ubicación en el calendario como en los actos que organizamos.

El Santo Ángel es la fiesta más emotiva de todas las que se celebran en Villaseca para nosotros, porque en un momento muy concreto de nuestra vida fuimos conscientes del valor de su protección y de su acción sobre nuestra familia; por eso, año tras año, en reconocimiento, hacemos lo poquito que está en nuestra mano para para agradecérselo poniéndole las flores.

Dado ese carácter más íntimo de la fiesta, esta es para el pueblo una ocasión muy especial también de convivencia; las actividades que se realizan son todas ellas sencillas y de origen humilde, pero contribuyen enormemente a la unidad entre vecinos y a la diversión familiar y con los amigos.

La fiesta empieza con la cena de la tortilla, ocasión especial para que nos reunamos todos los vecinos del pueblo de una manera espontánea y sencilla, donde cada uno lleva su comida y la comparte con el resto. Se ponen en común las torrijas, las ensaladas y el picoteo que llevan las familias y es un buen momento para charlar de todo un poco e ir poniéndose al día. Nos gusta reunirnos para cenar y cada año hay más participación en esta actividad del viernes porque es una manera de ir preparando el ánimo para la fiesta, se nota en el ambiente que la fiesta ya está aquí.

Como en Villaseca no nos faltan los recursos, este año después de la cena tuvimos la música del grupo de Víctor, Los Calambres, que pusieron el broche de oro a ese día con un concierto que estuvo genial y disfrutamos todos, especialmente su madre.

El sábado es día también de fiesta nuestra, con campeonatos de juegos de mesa y cuando el tiempo lo permite, que no ha sido el caso este año, de juegos tradicionales. Se trata de otra ocasión de convivencia y diversión para los de casa. La chavalería se suele apuntar esperanzada con la idea de ganar el campeonato de mus (debe ser que practican mucho en el instituto o en la universidad) hasta que se topan con el muro infranqueable de la experiencia de los abuelos que les acaban machacando. No os rindáis, chicos, cualquier día de estos lo conseguiréis. Por la noche, el sábado, también tenemos música con nuestro DJ Berny, hasta altas horas de la madrugada con su disco móvil.

Pero la actividad estrella y la que más nos gusta a todos es nuestra Ronda del Santo Ángel. A Villaseca le gusta cantar. En general estamos poco dotados para ello, pero la gente pone gran entusiasmo e ilusión siempre que puede hacerlo. La Ronda recorre el pueblo cantando las coplas entrando en todas las casas. Es un momento muy especial cuando la Ronda llega a tu casa. Esperas con ilusión las coplas que te van a dedicar, quién te las va a cantar y cuántas van a ser, porque eso muestra el afecto que te tienen. En mi casa suelen cantar coplas muy afectuosas y emotivas, y a veces un poco picarillas, ja, ja, y es una buena ocasión para emocionarse un poquito. Es precioso ver que cada año hay más jóvenes y niños en la Ronda, lo que nos hace suponer una buena continuidad de esta tan genuina y pintoresca tradición de Villaseca. La Ronda va recogiendo en cada casa el donativo que le quieran dar, que se compartirá entre todos después de la misa, en el baile vermú. Los chavales acaban llenando dos o tres cestas grandes que llevan para ello. Una vez que la Ronda pasa por tu casa te unes a ella, lo que hace que a medida que recorremos el pueblo esta sea más numerosa. Cada año vamos peor de tiempo, al final tenemos que ir recortando porque cada vez la Ronda tiene que ir a más casas y se nos echa encima la hora de misa.

A veces la Ronda no se ciñe a las coplas tradicionales y entra en modo “creativo”. En muchas ocasiones se han originado duelos muy divertidos, y en otras se han escrito coplas muy sentidas como las que este año Sandra y Bea han dedicado a su tía María, la que nos cantó Angelines en su casa o la que dedicó Alfredo a Iván, o las que me dedica a mí muchas veces. La Ronda siempre es una buena ocasión para expresarse y eso siempre aporta un toque de emoción y diversión.

Después de la Ronda viene la misa del Santo Ángel a la que acude mayoritariamente el pueblo agradecido a su patrón. Es una misa especial y más participada que de costumbre y uno de los pilares de la fiesta. Tras la misa la procesión con el Santo por las calles del pueblo con la solemnidad acostumbrada y acompañada por la música de nuestros fieles Mahurotos. Es un homenaje a nuestro patrón y nos gusta que el santo lo recorra entero llevado por los vecinos.

Algo muy típico que se hace después es la subasta de los brazos del Santo, acto que cada año dirige con mucha simpatía Jacinto. Este año, las pujas han estado especialmente disputadas y se han alcanzado sumas pocas veces vistas. Cada uno tiene sus cosas que pedir y agradecer, y quizás este momento es una buena ocasión para ello.

Tras la subasta y la entrada de nuevo del Santo en la Iglesia nos espera el baile vermú. Se llevan todas las donaciones que se han recogido en la Ronda y sin más organización se colocan un par de mesas donde se pueda, en el pórtico de la iglesia si hace buen tiempo o en el local de asociaciones como ha sucedido este año ya que hacía mucho frío y aire, y todo el mundo participa de este vermú mientras Los Mahurotos ponen la música y la diversión a este fin de fiesta. Lo pasamos siempre muy bien porque no es un rato demasiado largo, pero sí intenso de risas y bailes en los que participa todo el pueblo.

Lo que más me gusta de la fiesta del Santo Ángel es que es una fiesta muy nuestra, con muchas de las cosas que más nos gusta hacer y con muchas ocasiones de juntarnos los del pueblo y los amigos y participar de actividades que nos unen. Después de la Ronda todo el mundo está de mejor humor con sus vecinos, más amigable y dispuesto a evitar malestares y rencillas. Entrar en casa de tus vecinos siempre predispone a la concordia, y eso es lo que sucede en Villaseca. A veces el efecto es efímero, pero otras veces es más duradero y eso ayuda a la convivencia, sobre todo en un pueblo tan pequeño donde, al final, la gente necesita de los demás en algún momento, y en el que llevarse bien con todo el mundo es lo mejor para sentirse a gusto.

Me gusta mucho Villaseca, me siento parte de este pueblo, aunque haya gente que me verá como “de fuera”, pero eso no me importa, yo me siento de aquí, y cuando hablo de mi pueblo siempre me refiero a este. Me gusta participar en las cosas de Villaseca y me gustan especialmente sus fiestas. Sabemos celebrar. Así que, esperando que llegue el siguiente sólo me queda decir:

¡¡VIVA EL SANTO ÁNGEL!! y ¡¡VIVA VILLASECA!!