Campiñeando por Valdepeñas
Darío Pérez
19
noviembre
2023
Como la vida misma. Así emprendemos una nueva ruta de Campiñeando, hoy en Valdepeñas de la Sierra.
La invitación era para todos y la hemos aceptado más de doscientas personas que, a la hora señalada, ya estamos emprendiendo camino con lo imprescindible en la mochila. Hay gente que se conoce de antes y por eso viene. Hay que gente que se conoce aquí, y por eso viene. Hay gente que viene, y por eso puede reconocerse, reencontrarse con viejos amigos y bonitos recuerdos.
Bajo un sol radiante (la climatología parece bendecir la reunión), pisamos senderos que otros recorrieron o incluso crearon. Descendemos, ascendemos; unos necesitan ayuda y otros la prestan. A ratos volvemos la vista atrás y nos damos cuenta, por el privilegio que la panorámica nos concede, de que eso que nos parecía una indeseable cuesta era en realidad el camino hacia unas vistas preciosas; aún diría más, formaba parte de la belleza a contemplar. Como la vida misma.
Hacemos varias paradas, en las que un voluntarioso valdepeñero nos explica curiosidades o nos ayuda a poner la mirada en aquello que no nos habíamos fijado. Los hay que siguen a lo suyo, porque creen que ya lo saben todo. Los hay que escuchan con atención y respeto, porque creen que siempre se puede aprender.
En Alpedrete, nos fotografiamos al abrigo de una encina centenaria (una de las pocas supervivientes de su generación) y andamos junto a una hilera de cuevas que otrora hicieron las veces de bodegas familiares (ninguna sigue operativa). El inexorable paso del tiempo y alguna maldita enfermedad provocaron las pérdidas. Gusta escuchar que ahora se mima a las encinas y que hay voluntad de recuperar las bodegas.
Unas tres horas después, estamos de vuelta en el lugar del que habíamos partido, como la vida misma que es manifiestamente cíclica. Y, constatando esa certeza, junto al cementerio de Valdepeñas plantamos el representativo árbol de cada ruta; donde parece que todo acaba, también puede ser que todo esté empezando.
P.D. Como colofón, tras dejarnos marcar el ritmo por la Batucada de Uceda y recuperar fuerzas con un generoso refrigerio, se entregan los premios del Concurso “Los rostros de la Campiña”. Escuchando los relatos ganadores, queda la sensación de que en esta comarca respetan, valoran y quieren a los mayores, los que nos entregan el testigo para que el ciclo no pare, los que fueron comienzo y ahora, en su final, nos enseñan que aún nos queda mucho por empezar: caminos, lazos, iniciativas. Por ellos, los que ya no están o ya no pueden, nos toca seguir “campiñeando”. Como la vida misma.
Un placer formar parte de Campiñeando,ha sido un comienzo fantástico de tiempo y organización, muchos proyectos en agenda por estas tierras que seguro se van consiguiendo, gracias por el trabajo.
Efectivamente, como la vida misma nos marca, seguiremos nuestra ruta cuidando y manteniendo nuestros pequeños pueblos respetando la naturaleza. Gracias por vuestra organización y apoyo a esta causa. Seguiremos en ruta y campiñeando.
Saludo cordial desde Matarrubia.
A mí marido y a mí nos encanta participar en estas rutas. No somos de la campiña, ni siquiera de Guadalajara, nacimos en Valladolid, pero uno no es de donde nace sino de donde pace y nosotros llevamos pariendo en la provincia de Guadalajara más de 25 años.
Dicen que es de bien nacidos ser agradecidos así que gracias por cada ruta que organizáis, gracias por vuestro trato, gracias por el buen ambiente que creáis GRACIAS GRACIAS GRACIAS.
Un abrazo enorme.