Llegó la mañana del 6 de abril, con un amanecer un poco nublado pero buena temperatura, aunque a medida que avanzó la mañana fue haciendo mejor tiempo y, como siempre, el sol nos acompañó.

Como en cada ruta de Campiñeando, nos preparamos para salir, esta vez, a Robledillo de Mohernando. El grupo de “logística”, como así nos llamamos entre nosotros, recogimos las bebidas, pancartas y avituallamiento para los participantes, lo metimos en los coches y pusimos rumbo al pueblo.

Una vez allí, nos recibió el alcalde Rubén y su padre Santiago, que fueron muy amables con todos nosotros y pusieron a nuestra disposición todo lo que necesitábamos.

Empezamos a descargar los coches y a colocar las bebidas en un lugar donde se mantuvieran bien fresquitas. Acto seguido colgamos las pancartas de Campiñeando en el balcón del ayuntamiento.

Alrededor de las 9:30h, empezaron a llegar los primeros campiñeantes, tomamos nota de sus nombres y les repartimos energía para la ruta: botella de agua de Font Vella (que nos sigue cediendo su colaboración en este proyecto) y una manzana.

Sobre las 10:10h, y antes de emprender la marcha, César anticipó a todos los participantes cómo iba a ser la ruta, que habría tres paradas y la duración de la misma. Lucía, también informó sobre la marcha solidaria que tendría lugar el sábado siguiente (13 de abril), organizada por Campiñeando, la Residencia de mayores “Campiña de Viñuelas” y la Asociación Caminando, una asociación que lucha por hacer valer los derechos de las personas con discapacidad y sus familias. Animando a los participantes que no estuvieran apuntados a la próxima ruta, dio comienzo la marcha.

A las 10:15h emprendieron la ruta, que esta vez contaba con 12,5 Km, 188 participantes y una duración aproximada de 3h y media.

A las 10:30h, con todo más tranquilo, los de logística nos fuimos a desayunar. Santiago nos llevó al Aeródromo a Lucía, María, Nacho y a mí. Una vez que recargamos pilas, volvimos al pueblo a cortar el pan. Sí, a cortar pan, porque esta vez no pudimos hacer mucho más, ya que Rubén, el alcalde, preparó 250 chorizos al vino que, por cierto, estaban muy ricos. Disponiendo las servilletas y las bebidas a ritmo de la música tan marchosa que nos puso María, para amenizar la tarea, ya estaba todo listo para esperar la llegada de los campiñeantes. La Comisión de Robledillo además puso una barra con cerveza fresquita que supo a gloria para los que sudaron los casi 13 km.

A las 14:15h empezaron a llegar los primeros participantes que nos contaron que no llegaron a plantar el árbol porque vinieron por otro camino que no era el marcado. A las 14:50h ya vinieron los demás, los más rezagados,

A continuación, pasaron todos por la zona de avituallamiento para recuperar fuerzas y, al terminar, fueron a plantar el árbol que cede a Campiñeando, los viveros Sánchez.

Una marcha más que finaliza con buen sabor de boca y con el testimonio de una, que aunque no va a las marchas, hace todo lo posible con su grupo de “Logística” para que todo salga bien.

Hasta la próxima.