Campiñeando Ruta 19 (ii)
Lourdes, Jesús Pablo y Mary Nieves
18
marzo
2024
Iniciamos la marcha 220 campiñeros y campiñeras junto a otras personas de otras zonas de Guadalajara que se unen a este caminar compartido, para disfrutar de los hermosos rincones que nos regala nuestra comarca, La Campiña. Tras recoger el avituallamiento que la Asociación Campiñeando se encarga de entregar a cada uno de los caminantes, en un día de sol y buena temperatura primaveral, iniciamos la marcha desde los locales de la Asociación Cultural Las Vilaneras, avanzando a lo largo de arroyo del Val que atraviesa el pueblo, con un buen cauce de agua tras las lluvias de este invierno, observando los cinco pozos bien conservados que todavía existen y que servían para abastecer a las casas de agua para el ganado principalmente.
Pero primero unas pinceladas de mi pueblo, Valdenuño Fernández. Está situado en el estrecho valle que forma el cauce del arroyo del Val que le atraviesa. El pueblo esta dividido en tres barrios principales a ambos lados del arroyo, la calle Mayor que acaba en la amplia plaza de la iglesia, el Cantón al otro lado del cauce y el Barrio Nuevo en la entrada del pueblo separado del resto por la carretera de acceso. Los principales monumentos son la iglesia de San Bernabé, la ermita de la Soledad y la fuente de Las Casillas, totalmente integrada en el pueblo en la calle de San Bernabé, que forma un amplio muro de canto rodado con un pilón principal donde cae el chorro de agua, y otros tres pilones anexos, uno de ellos, el más amplio, servía de lavadero. A finales de los años 70, surgió un nuevo barrio, la urbanización La Dehesa, que hizo crecer el pueblo en número de habitantes, actualmente según el padrón de 2023 hay 335 personas empadronadas. Se celebran tres fiestas san Bernabé que es el patrón del pueblo, la fiesta del Santo Cristo que se celebra el 14 de Septiembre y la fiesta del Niño Perdido con los danzantes y la botarga, que se celebra en Enero, el primer domingo después de Reyes, y está declarada de interés turístico provincial y regional.
Salimos del pueblo cruzando la carretera comarcal que une El Casar con Viñuelas, dejando a nuestra derecha el antiguo bar de Genaro y Fe donde hemos pasado muy buenos ratos en la terraza bajo su enorme almendro que nos daba sombra en verano y belleza en su floración primaveral. Avanzamos por un camino en cuesta hasta alcanzar el llano, con el paisaje característico de La Campiña, tierras de cultivo de cereal principalmente, en los últimos años con hermosas manchas amarillas de la flor de la colza, rodeadas de monte de encina y rebollo, con las sierras de Madrid y Guadalajara como telón de fondo, en esta ocasión con sus picos nevados tras la nevada de hace unos días. Una panorámica espectacular, especialmente en primavera y siempre con las hermosas puestas de sol que nos regala nuestra querida comarca.
Seguimos avanzando por el llano por un camino entre encinas que bordea los barrancos que dan al valle. A mano izquierda dejamos el antiguo campo de futbol con sus porterías oxidadas, con césped natural, donde tan buenas tardes pasamos los jóvenes de la localidad con los partidos que en muchas ocasiones eran en liguilla con otros pueblos de La Campiña.
Después de varios kilómetros disfrutando de las bonitas vistas de campos verdes con las montañas al fondo, iniciamos un camino de un descenso suave hasta el pequeño valle del arroyo de Casa Uceda con praderas verdes, encinas y algunas sabinas, donde Nacho nos cuenta sobre la vegetación que nos rodea, el pastoreo que existía en la zona y la anécdota que contaba su bisabuelo del toro semental que se perdió por el monte y apareció unos días después devorado por los lobos.
Avanzamos siguiendo el curso del arroyo de Casa Uceda que hay que atravesar en varias ocasiones por las zonas con más piedras para salvar el agua, aprovechando para charlar con el compañero o la compañera que llevamos al lado además de disfrutar de la naturaleza que nos rodea.
Al final del valle de La Dehesa, como llamamos al monte de encinas lleno de praderas en Valdenuño, dejamos de nuevo la carretera a mano derecha para subir por el arroyo de Villaseca por una pequeña pendiente rodeando la urbanización de chalets de La Dehesa, que está a dos kilómetros del pueblo, para llegar a un bosquecillo de peral silvestre, que según nos cuenta de nuevo Nacho es una especie protegida al ser una excepcionalidad en el entorno por su ubicación y el número de arbustos existentes. Seguimos por el llano para llegar a la laguna del Fresno, por estar ubicado en su entorno un hermoso y único ejemplar de Fresno, otra excepcionalidad ya que siempre se les encuentra cerca del curso de algún río.
Regresamos por el mismo camino hasta llegar de nuevo al arroyo del Val, cruzando la carretera y dirigiéndonos al pueblo, que ya se divisa a un kilómetro, por un camino paralelo entre el arroyo y la carretera, a la izquierda están las cárcavas que llamamos Peñas de Perocente, uno de los sitios de aventuras y juegos de nuestra infancia. En la entrada del pueblo encontramos las pistas deportivas y la zona recreativa de La Pradera, al otro del arroyo paramos para plantar un Tilo, regalo de Viveros Sánchez.
Para terminar seguimos por la calle Mayor, desviándonos en la primera calle que encontramos a mano izquierda para visitar la hermosa fuente de las Casillas y dirigirnos de nuevo al gran patio que rodea el Ayuntamiento, el Bar y el local de la Asociación Cultural las Vilaneras, donde recogemos un apetitoso bocadillo y un refresco para recuperar fuerzas tras una marcha de once kilómetros, charlando y compartiendo experiencias entre todos los campiñeantes y deseando que llegue la próxima actividad de este bonito proyecto que une a los pueblos de La Campiña.