En el cantero te espero
Juan Pascual
30
julio
2023
Entrados ya casi en la mitad del verano, recibimos todos los vecinos y amigos de Villaseca un nuevo mensaje que nos proponía otra maravillosa actividad que ya es costumbre, por lo menos desde que tengo memoria, como era la ruta nocturna para ver las estrellas.
Esta vez la ubicación desde la que se nos proponía ver las estrellas nos sorprendió a todos, pues debíamos ir andando hasta los barrancos, y ver las el cielo estrellado desde allí para que no hubiera contaminación lumínica, a pesar de no ser Villaseca una gran urbe internacional. En el punto de reunión, la plaza de la Constitución, había un foráneo que pensamos que podía ser un amigo de alguien del pueblo que nos explicaría algo más técnico sobre el cosmos.
Nos hicimos la foto de rigor y empezamos, una cuarentena de personas, a andar hasta llegar a los barrancos. Al llegar allí, nos sorprendió que había un coche y unos extraños en medio de un barbecho con un gran telescopio. Nos saludaron calurosamente y se presentaron, Miguel, Mino y su hija Elsa de ASTROGUADA, como unos meros aficionados de las estrellas y los planetas, hecho que en las horas siguientes descubriríamos que sería una gran falacia, que nos iban a intentar explicar alguna curiosidad del espacio.
Empezaron a hablar y desde el momento en el que soltaron la primera palabra y nos señalaron hacia la inmensidad del cielo quedamos todos absolutamente embelesados con cada una de las historias, anécdotas y datos que nos iban contando. Como las estrellas que veíamos se apagaron hace millones de años, como el brillo de cada una nos indicaba una cosa distinta a la anterior, que era el “polvo” blanquecino que siempre habíamos visto y asociado a la tan famosa Vía Láctea,…..
Pero sin ninguna duda 3 fueron los momentos inolvidables de esa noche para muchos de los allí presentes. El primero, cuando miramos por ese maravilloso telescopio automático a través del cual pudimos observar los inmensos cráteres y valles de la luna. El segundo, cuando vimos pasar la ISS (Estación Espacial Internacional, por sus siglas en inglés) a 28.000 km/h y que nos contaron que daba ¡16 veces al día la vuelta a la tierra! Y por supuesto, el tercer momento en el que vimos con nuestros propios ojos (por supuesto una vez más de nuevo a través del maravilloso telescopio de Miguel) clarísimamente los anillos de Saturno, esos anillos que hasta aquel momento solo habíamos visto en los libros y fotos.
Durante las horas que estuvimos escuchando y aprendiendo, con Mino y Miguel, no dejamos de fascinarnos con todo lo que nos contaron. A pesar de ser un día entre semana y al día siguiente muchos de los allí presentes teníamos que trabajar, la gente parecía no querer irse, ni dejar de escuchar, pero debíamos despedirnos y lo hicimos. Pero nos dijimos adiós con la promesa de que visitaríamos todos en el futuro en una nueva excursión el centro de observación de Yebes, donde Mino y Miguel nos comentaron que tenían “verdaderos” telescopios, con lo que todos nos volvimos a quedar deseosos de mirar de nuevo al cielo a través de esas nuevas lentes.
¡Muchas gracias a Miguel, Mino y a Elsa por la magnífica noche que nos hicieron pasar!
¡Estamos deseando volver a veros y que nos contéis más sobre el universo y sus misterios!