Campiñeando Ruta 15
Asun Pascual-Heranz
17
abril
2023
¡Qué nervios! Después de 14 rutas de Campiñeando, la número 15 iba a ser mi primera experiencia. Pero claro, todo se había puesto a favor para que así fuese. Día 15, la niña bonita; salida desde Viñuelas, mi pueblo; llegada a Valdenuño, donde se encuentran parte de mis raíces… era la ruta ideal. Después de ver que todos los astros estaban a favor, me dije: ¿vas a ser capaz de realizar toda la ruta? La respuesta fue contundente: si mis hijas pueden, yo también. La semana anterior nos fuimos a “ensayar”, al menos es la expresión que utilizó mi hija pequeña, caminando por el Puerto de Navacerrada, y el objetivo se consiguió.
Y llegó el día, sábado 15 de abril de 2023. A las 9:45h estábamos en el punto de encuentro para coger el avituallamiento. Llegaron las 10:00h y partimos hacia el Molino de Viñuelas. Desde allí pudimos contemplar bonitas vistas hacia la vega, repleta de vides en otros tiempos pasados. Continuamos camino hasta llegar al puente de los “Ocho ojos”, por donde transcurre el río Torote. Allí hicimos otra parada en la que Julián nos contó algo de la historia del molino, pero principalmente nos habló del personaje más ilustre de nuestro pueblo, el pintor Alejo Buenaventura Vera Estaca. También nos invitó a visitar la bonita exposición que se encuentra en el Palacio del Infantado de Guadalajara con cuadros del pintor, conmemorando los 100 años de su muerte. Desde ese punto, caminamos por la vega llevando a nuestro lado derecho el pequeño cauce del río Torote, giramos a la derecha y sin darnos cuenta ya estábamos en Galapaguillos. Julián volvió a contarnos la historia de esas fincas y cómo fueron adquiridas por particulares del pueblo de Viñuelas, entre ellos, por antepasados de varias personas de las que allí nos encontrábamos.
Continuamos la marcha… ¡pufff! Empieza el desnivel ascendente que nos lleva hacia Valdenuño, viento en contra. ¿Te cansas? -me preguntaba yo-, qué va -me contestaba a mí misma-, es terreno llano y firme. Por último, llegamos a la laguna Redonda. Según nos contó Jesús Pablo, nunca se seca. Desde ahí, muy cerquita de Valdenuño, nos esperaban unos deliciosos bocatas y un refresco.
Para terminar, deciros que en ningún momento me apeteció mirar el reloj, iba feliz y disfrutando de ese maravilloso paisaje que tenemos en la Campiña, lleno de cereal, colza, retama y jara. Ese miedo con el que comenzaba la ruta por si no iba a ser capaz de llegar iba desapareciendo poco a poco, es más, se me hizo corto el camino. Eso pasa cuando uno se encuentra a gusto.
En muchas ocasiones nos marchamos lejos de nuestra zona pensando que los paisajes y las rutas que nos vamos a encontrar son más bonitas y espectaculares que las que tenemos a nuestro alrededor. En realidad, no conocemos los grandes tesoros que tenemos cerca de nosotros. Animo a participar y, así, conocer todas las historias que nos van contando los lugareños, a la vez de poder compartir nuestras experiencias con personas de nuestros alrededores, de nuestra Campiña.